Con nuestras primeras recomendaciones sobre cómo escoger tus canciones deberías encontrar cosas que te gusten y que te respeten la voz, a la vez que te retan un poco para entregarla en lugar de estar al ralentí, en canciones demasiado fáciles, demasiado cómodas. En este punto ha llegado el momento de tomar en cuenta algunas cosas más para ir cada vez más hacia lo que te hará bien:
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No todas las canciones tienen la misma potencia de música, la misma musicalidad. Cuando lleves algunas clases mejorando tu voz, te darás cuenta que uno de los sustentos cuando cantas es que la canción tenga música, esté bien compuestas, y te lleve en brazos hacia los agudos para saborearlos, en lugar de echarte allí de manera abrupta a ver si te vas a fundir.
Aquí interviene de lleno la calidad del compositor: ¿tiene música en as venas, o aplica criterios básicos para fabricar canciones comerciales sin fondo? Debes sentir que la canción tiene una melodía agradable, que te transporta. Si es sosa, monótona, con cambios de tono muy marcados sin razón, es probable que la canción esté compuesta con el pie… y esto pasa por desgracia a menudo.
Algunos ejemplos de canciones con una bella musicalidad: casi todas las canciones de Whitney Houston, de Disney, la mayoría de las canciones de los grandes musicales, muchas canciones populares, …
Esta preciosa canción de Rihanna tiene mucha musicalidad y es muy favorable para la voz.
Esta canción de Anastasia está cargadísima de música, con una melodía preciosa y potente. Te ayudará a ganar más conexión con la música en ti.
Un buen ejemplo de canción compuesta con el pie: demasiado grave y soso y de repente una subida demencial sin sentido musical…
En esta canción de Depeche Mode, no hay que tener un doctorado en música para ver que todas las notas están en la misma línea, es decir en la misma nota: la canción es grandiosa pero para cantarla es de lo más aburrido…
Cada canción te propone un viaje, y debes estar seguro de que ese viaje te lleva adonde quieres. Hay canciones con espirales negativas y canciones con espirales positivas. Las primeras son destructoras y te llevan para abajo. Las segundas te hacen bien y te suben la vibración y los ánimos. Muchas canciones de Amy Whinehouse, Adele, Lady Gaga tienen espiral negativa y uno queda con el alma entristecida después de cantarlas. La mayoría de las canciones de Whitney Houston, las de Disney, o canciones preciosas cómo “Those Were The Days” de Mary Hopkin, “What a Wonderful World” de Louis Armstrong, “Close to you” de los Carpenters son destellos de luz que te harán bien. En ese punto quizás te surja una pregunta muy acertada: ¿Acaso no puedo cantar canciones tristes si siento que me ayuda? Y la respuesta es clara: ¡SÍ! Desarrollaré y matizaré esta respuesta totalmente positiva con 2 explicaciones:
¿Entendido? Somos lo que comemos, somos lo que pensamos… y de alguna manera somos lo que decimos y lo que cantamos. Es bueno cuidarlo un poco y así te sentirás mejor a la hora de cantar… y el resto del día.
Pocas veces se considera esto, pero es muy importante que no estés frente a 4 páginas de letra cuando empiezas tu canción: cuanta más complicada la letra más requerirá que te concentres, y concentrarse = tensar la mente, y tenderás a desconectarte de tu cuerpo.
El reto de una canción es mantener la respiración y la voz a su mejor nivel. Si el reto es sobrevivir al caudal de palabras, estamos poniendo el enfoque en la cosa equivocada. Si la letra es excesiva, tendremos el cerebro funcionando a 100, generando cierta tensión mental, y quitando recursos de donde tenemos que poner la concentración y el empeño, es decir la respiración, la voz y la música (y la actuación si tienes gente delante).
Una canción grandiosa, memorable, pero con tanta letra que la desaconsejaría a cualquiera es Counting Stars, One Republic, con letra grandiosa: “Everything that kills me makes me feel alive”, pero hay demasiada, y demasiado rápido. Una experta en reducir la cantidad de letra repitiendo muchas veces lo mismo es Rihanna, y su canción Diamonds podría llevarse el primer premio.
Pero los grandes expertos en reducir la letra son… los compositores de ópera, que suelen repetir 2 o más veces buena parte de los textos. Y es que la música y las voces son lo realmente importante e interesante en una ópera, y no tanto la letra. Un ejemplo delicioso es el aria de Las Bodas de Fígaro de Mozart “Non piu andrai, farfallone amoroso”, donde casi toda la letra es repetida 2 o más veces… y no importa: primero porque la letra es deliciosa y porque el placer está en el canto y en la música en sí, y no en si se repite o no Mozart. Ojalá los compositores de hoy en día se repitieran así e hicieran una música tan inspirada ;-)
Soy Olivier, profesor de canto y fundador de la escuela Voz Viva.
En mis clases de canto, la voz es la expresión del ser: liberas los frenos que limitan tu voz, restableces una vibración armónica en todo tu instrumento, e integras técnicas sencillas y muy eficaces para cantar bien, aunque partas de 0.
¡Aprender a cantar con Voz Viva te hará muy feliz! Leer +
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